Estrategias de comunicación de riesgos para construír comunidades resilientes

Por: Yadira Nieves Pizarro

En la sociedad de la información la comunicación sobre riesgos se encuentra en una interesante coyuntura. Hoy día la habilidad de comunicar información de riesgos es esencial en la mayoría de las industrias y sectores tanto para situaciones de rutina como para crisis.

La recepción del mensaje como función crítica en la comunicación de riesgos

Existe una apatía del público a los temas ambientales. En primer lugar, las causas son invisibles; la persona de a pie no hace conexiones entre sus actividades cotidianas y el cambio climático, pues su impacto le es abstracto e imperceptible (Gunster, 2017). En segundo lugar, para la mayoría las repercusiones son geográfica y temporalmente distantes, por lo tanto, no se hace urgente hacer cambios radicales en el estilo de vida (Gunster, 2017). Por último, el tema es complejo y ciertos líderes de opinión constantemente cuestionan el consenso científico sobre el cambio climático. No solo el discurso de las ciencias ambientales y las políticas públicas son difíciles de entender, sino que se prestan a malas interpretaciones (Gunster, 2017) y desinformación.

climate change

En los medios noticiosos, las informaciones de ambiente y fenómenos climatológicos se manejan siguiendo lo que en periodismo se conoce como las rutinas de producción. El criterio de selección de lo que será publicado se ciñe a valores periodísticos tales como impacto, consecuencia, proximidad, actualidad, entre otros. La ética periodística dicta que se mantenga el balance y la objetividad en la información. Sin embargo, cuando se trata de desastres naturales y sus secuelas, los periodistas deben estar del lado de la verdad y la justicia. La balanza se inclinó hacia los más vulnerables en 2017, tras el paso del huracán María, y en 2020 en medio de los terremotos que sacuden el suroeste de Puerto Rico.

Precisamente, en medio de un desastre natural, las personas acceden múltiples fuentes de información, desde medios de comunicación hasta su círculo cercano de amigos y familiares (McLean & Power, 2014). En circunstancias normales, la Internet y las redes sociales son el medio de preferencia para informarse y entretenerse (News is my business, 2019; Rodríguez-Cotto, 2020). Sin embargo, los medios tradicionales, particularmente la radio, son la fuente de información dominante durante una crisis. Durante el huracán María este fue el único medio disponible para informar a los puertorriqueños tras el colapso de la infraestructura de comunicaciones y energía eléctrica (Nieves-Pizarro, Takahashi, & Chavez, 2019; Takahashi, Zhang, & Chavez, 2019). El cuadro fue diferente durante la actividad sísmica de este año. En esta ocasión la mayoría de los puertorriqueños teníamos acceso a la comunicación. Cuando reinó la incertidumbre se viralizaron en las redes sociales y aplicaciones de mensajería informaciones falsas sobre las causas y el impacto de los movimientos telúricos (El Nuevo Día, 2020).

En esta coyuntura, la comunicación de riesgos implica dar a conocer información sobre amenazas que puedan provocar daños perjudiciales (Kondo, Hirose, & Shiroshita, 2019). La comunicación de riesgos es bidireccional; se da entre ciudadanos y especialistas o administradores gubernamentales para aumentar el conocimiento y llegar a un acuerdo social sobre cómo responder a una emergencia (Kondo et al., 2019). Exactamente qué información sobre el riesgo comunicar al público es un asunto delicado (Kondo et al., 2019). El comunicador no solo debe concentrarse en la magnitud del riesgo y cómo responder a ello, sino cómo reducir el impacto en las personas afectadas.

Relación entre la fuente y el receptor de la información

La comunicación de riesgos es primordialmente para las víctimas y aquellas personas ubicadas en el área circundante al desastre. Estas no evalúan los riesgos por probabilidades u otra información numérica, sino por la extensión de los daños y el nivel de incertidumbre que les provoca (Kondo et al., 2019; Slovic, 1987). Los ciudadanos quieren conocer qué pasó, si volverá a ocurrir en el futuro y qué medidas tomar para mitigar el impacto (Kondo et al., 2019). Durante el proceso de comunicación sobre riesgos se toma en consideración la fuente del mensaje, el canal de transmisión, el contenido del mensaje, pero sobre todo la habilidad del receptor de ejecutar acciones para protegerse (Lasswell, 1948; M.K. Lindell & Perry, 1992, 2004, 2012; Michael K. Lindell, 2018).

Cuando se enfrenta a un desastre natural, la fuente de información o los científicos tienen la responsabilidad y el deber de proveer la información necesaria para que los ciudadanos reconozcan como se afecta su salud, sus vidas y el medio ambiente de manera que puedan prepararse y responder a la emergencia (Kondo et al., 2019). Como consecuencia el ciudadano precisa información clara y simple sobre la costo-efectividad de las medidas de mitigación que se proponen (Kondo et al., 2019).

La persona asumirá una acción dirigida a protegerse de acuerdo con su vulnerabilidad y a la respuesta del gobierno (Lindell, 2018; Segarra Alméstica, 2018). Tomemos como ejemplo el caso de una persona mayor que rehúsa dejar su residencia ante el inminente impacto de un huracán o tras un terremoto. La persona determinará arriesgar su vida, antes que perder su casa, pues no tiene certeza de lo que pasará a largo plazo. Solamente comunicar la magnitud del riesgo creará apatía en el receptor; hay que llevar el mensaje de cómo hacer frente a la amenaza para lograr que ejecute la acción protectiva de refugiarse.

La credibilidad de la fuente de información es clave para la recepción del mensaje sobre riesgos. Para recibir la información el ciudadano debe tener certeza no solo en el conocimiento del científico, sino en que se trata de una persona honesta que cree en los esfuerzos que se diseñan para mitigar la crisis.

Elementos básicos de una estrategia de comunicación de riesgos

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Todas las situaciones son diferentes y necesitan respuestas diversas dependiendo de las circunstancias específicas (Ellis, 2018). A continuación, algunas recomendaciones para desarrollar una estrategia de comunicación de riesgos.

  1. Un elemento común que poseen las estrategias de comunicación de desastres es que se diseñan tomando en consideración los intereses, preocupaciones y hábitos de la audiencia objetiva (Ellis, 2018). Por ejemplo, el mensaje y el canal de distribución será diferente para los niños y los padres alojados en los refugios tras un terremoto o huracán. Tampoco se puede hablar de desalojos si las personas no tienen acceso a un auto, los caminos están inaccesibles o no tienen un lugar dónde ir. Sea sensible y considere el contexto en el cual se desenvuelven las víctimas (Ellis, 2018).
  2. A veces hablar menos, es mejor. Sea comedido en la información que ofrece, especialmente cuando hay incertidumbre. Este paso es importante si las recomendaciones tienden a cambiar durante el proceso de recuperación (Ellis, 2018).
  3. Sea transparente y diga lo que sabe y lo que no sabe. Diga que aún espera para conocer más información del evento y que ofrecerá detalles tan pronto se lo hagan disponibles. Esto es importante para mantener su credibilidad (Ellis, 2018).
  4. Hay que aprender de la experiencia. Cada situación es diferente, por lo tanto, realice reuniones informativas y evalúe las áreas de oportunidad que puede fortalecer en el futuro.

No solo es una responsabilidad, sino un deber, de la comunidad científica, el gobierno y los medios comunicar al público la evidencia sobre el riesgo. Se debe tener como norte colaborar con las comunidades no para decirles qué hacer sino ayudarles a tomar las decisiones que mejor se acomodan a hacerlas más resilientes.

Este escrito se presentó en el Panel de Comunicación de Riesgos el lunes, 27 de enero en la 1st Annual Meeting Early Warning of Synoptic Air Quality Events to Improve Health and Wellbeing in the Greater Caribbean Region celebrada en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.

Referencias

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Published by Apuntes: Pensar en voz alta sobre el periodismo

Yadira Nieves posee un doctorado en Medios e Información de Michigan State University y una Maestría en Periodismo de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Nieves es Catedrática Auxiliar en el Departamento de Comunicación de la Universidad Interamericana de Bayamón. También laboró como productora de noticias en Noticentro, WAPA TV.

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